Multas progresivas en España: la nueva propuesta de la DGT para sanciones de tráfico según renta
Abel A2025-03-21T07:48:24+01:00En España se ha abierto el debate sobre implantar multas de tráfico progresivas, es decir, sanciones económicas cuyo importe dependa de la renta del infractor. Esta propuesta de nuevas normas DGT busca que “quien más tiene, más pague” para lograr sanciones más justas y disuasorias. Actualmente, las multas son fijas (por ejemplo, 100 € las leves, 200 € las graves y hasta 500 € las muy graves) independientemente de los ingresos del conductor. Las autoridades de tráfico —la DGT en la regulación y la Guardia Civil en la vigilancia— consideran que este cambio podría mejorar la seguridad vial al evitar que las sanciones queden en “calderilla” para los conductores más ricos. En otras palabras, se pretende que una multa de tráfico tenga un efecto igual de serio tanto para un conductor con poco sueldo como para otro con altos ingresos.
La propuesta de multas progresivas busca que las sanciones sean proporcionales a los ingresos del conductor infractor

¿Cómo funcionarían las multas progresivas según la DGT y la Guardia Civil?
La iniciativa registrada en el Congreso plantea modificar la Ley de Tráfico para introducir un sistema de multas DGT progresivas. En la práctica, esto significa que el importe de la sanción aumentaría o disminuiría según la capacidad económica del infractor. Por ejemplo, se propone encarecer la multa en un 150% para quienes ganen entre 70.000 y 85.000 euros anuales, en 300% si ingresan entre 85.000 y 100.000 euros, y hasta un 500% más para los que declaren más de 100.000 euros al año. A la inversa, los conductores con menor renta tendrían descuentos: un 30% menos de multa si sus ingresos no superan 1,5 veces el Salario Mínimo Interprofesional, y un 15% de reducción si ganan entre 1,5 y 2,5 veces el SMI. En resumen, todas las multas coche y demás sanciones de tráfico se ajustarían para que su cuantía resulte proporcionada al nivel adquisitivo del infractor.
Implementar este sistema requeriría cambios operativos. La Administración debería consultar la información de ingresos de cada infractor para calcular la sanción personalizada.
De hecho, la propuesta prevé que la Agencia Tributaria y la Seguridad Social faciliten a las autoridades de Tráfico los datos necesarios para aplicar estos nuevos criterios.
Esto implicaría que, tras ser denunciado por la Guardia Civil o la policía de tráfico, el importe final de la multa podría determinarse teniendo en cuenta la renta del conductor. Desde la perspectiva de los agentes, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) apoya abiertamente la medida al considerar que las multas Guardia Civil progresivas “contribuyen a una mayor equidad y eficacia en la disuasión de comportamientos de riesgo”. Según esta asociación, para una persona con bajos ingresos una multa fija puede suponer una carga excesiva, mientras que para alguien adinerado “puede resultar irrelevante”. Añadir progresividad haría que “lo que abone cada infractor sea equitativo respecto a su nivel de renta” y reforzaría el carácter disuasorio de las sanciones en las rentas elevadas.
Por su parte, fuentes de la DGT han señalado que de momento no existe una posición oficial definida sobre esta propuesta, que deberá debatirse en el Parlamento.
No obstante, según los impulsores de la iniciativa, incluso algunos responsables de la DGT habrían abogado en el pasado por multas proporcionales, lo que indica cierta sintonía con la idea.
Comparativa con otros países europeos (Finlandia, Suiza, etc.)
Las multas progresivas no son algo totalmente nuevo –varios países europeos ya aplican sistemas similares desde hace años.
- Finlandia fue pionera en 1921 y hoy es el ejemplo más citado: allí las multas de tráfico se calculan en base a los ingresos diarios del infractor. Este modelo finlandés ha dado lugar a casos muy sonados, como el de un directivo de Nokia que tuvo que pagar 116.000 euros por un exceso de velocidad relativamente moderado. Las autoridades finlandesas pudieron llegar a esa cifra precisamente gracias a su sistema de “día-multa” proporcional a la renta, vigente desde hace más de un siglo con notable éxito en la reducción de accidentes.
- También Suiza utiliza un sistema progresivo: se tiene en cuenta el salario (e incluso el patrimonio) del infractor y un juez determina la cuantía final de la multa. El resultado son sanciones ejemplares para los más imprudentes adinerados. Por ejemplo, recientemente en Suiza un millonario fue sancionado con alrededor de 105.000 euros por conducir pegado al coche de delante sin mantener la distancia de seguridad. Dado que sus ingresos eran de unos 1,7 millones al año, la justicia le impuso una multa de 50 días a razón de ~2.000 € por día, más la retirada del carné durante dos años. Estas cifras astronómicas demuestran el poder disuasorio del modelo suizo para promover el cumplimiento de las normas.
Además de Finlandia y Suiza, países como Dinamarca o Suecia han incorporado variantes de este sistema, y en el Reino Unido se aplican multas calculadas según los ingresos semanales en ciertas infracciones que terminan en vía judicial. La evidencia internacional señala que allá donde se implantan multas proporcionales se logra reducir la reincidencia en infracciones graves, aumentando la percepción de justicia en las sanciones.
Posibles consecuencias para los conductores en España (ventajas y desventajas).
Si España adopta las multas progresivas, los conductores se enfrentarían a un cambio importante en el régimen sancionador, con ventajas y desventajas. Entre las ventajas está, por supuesto, la equidad: la multa dolerá más o menos por igual a todos los bolsillos. Un infractor de alto poder adquisitivo ya no podrá asumir la multa como un gasto menor, sino que notará un buen pellizco económico, lo cual podría frenar conductas temerarias recurrentes. Para los conductores con menos recursos, el sistema sería más justo porque evitaría que una sanción de tráfico les arruine el mes; incluso podrían beneficiarse de reducciones si sus ingresos son bajos.
Otra ventaja señalada es el mayor efecto disuasorio general: al saber que la sanción será proporcional, se espera que todos los conductores lo piensen dos veces antes de saltarse las normas, independientemente de su nivel de renta.
Esto podría traducirse en menos infracciones y, por ende, en menos accidentes en las carreteras. Asimismo, se reduciría la sensación de agravio comparativo (“los ricos se van de rositas pagando las multas”) y aumentaría la confianza de la ciudadanía en el sistema sancionador. En términos de seguridad vial, esta medida tiene el potencial de lograr un cumplimiento más estricto de las normas por parte de aquellos a quienes antes la multa fija no les suponía un gran castigo.
Ahora bien, también existen posibles desventajas o retos a considerar. Un sistema progresivo requerirá más burocracia y coordinación: las autoridades deberán cruzar datos con Hacienda para cada sanción, lo que podría complicar y ralentizar el proceso sancionador. Actualmente se imponen miles de multas de tráfico al día en España, y algunos expertos advierten que calcular caso por caso en función de la renta podría ser inviable por el enorme volumen de infracciones.
También surge la cuestión de la privacidad y la actualización de datos: habría que garantizar que la información económica de cada conductor sea accesible de forma ágil y segura para aplicar la multa correcta. Otra posible desventaja es que los infractores con rentas altas, al enfrentarse a multas mucho mayores, podrían presentar más recursos y litigios para evitarlas, saturando quizá la vía administrativa o judicial. Del lado contrario, algunos podrían percibir que este sistema rompe con el principio de igualdad ante la ley al no suponer la misma pena exacta para todos (aunque su objetivo sea que el impacto sí resulte igualitario). Por último, cabe recordar que España ya cuenta con el sistema de puntos del carné como elemento disuasorio uniforme – todos los conductores, ricos o no, arriesgan perder el permiso si acumulan infracciones graves. Este nuevo esquema de multas progresivas sería un complemento económico a los puntos, y habría que ver cómo encaja su aplicación conjunta en la práctica.
impacto potencial en la seguridad vial y la justicia de las sanciones.
La propuesta de implantar multas progresivas en España supone un cambio de filosofía en la forma de castigar las infracciones de tráfico. En caso de aprobarse, podría mejorar la seguridad vial al reforzar el efecto disuasorio de las multas en todos los estratos sociales, especialmente entre quienes hasta ahora podían “permitirse” incumplir las normas pagando pequeñas sanciones. Los ejemplos de países como Finlandia y Suiza muestran que ligar el importe de la multa a la capacidad económica del infractor puede reducir la reincidencia y fomentar un mayor respeto a las normas de circulación.
Además, desde un punto de vista ético y social, muchos consideran que este sistema aportaría justicia en la aplicación de sanciones: ya no habría conductores de primera y segunda categoría ante la ley, sino que la penalización sería verdaderamente proporcional al daño potencial causado y a la situación económica de cada cual. Por supuesto, el éxito de esta medida dependerá de cómo se implemente y de que se superen los desafíos técnicos y legales que conlleva. Si la DGT y demás autoridades logran ponerla en marcha de forma eficiente, las nuevas normas DGT de multas progresivas podrían marcar un antes y un después en España, haciendo las carreteras más seguras y las reglas del juego más equitativas para todos los conductores. En definitiva, “quien la hace, la paga”, y con este sistema, también paga en proporción a lo que tiene, buscando un balance más justo entre Guardia Civil, sanciones y ciudadanía en la lucha por unas vías más seguras.
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