Detenidos por dar positivo en dos controles de alcoholemia e inmovilizar dos vehículos en Pontevedra

La seguridad vial es un pilar fundamental para garantizar la integridad de todos los usuarios de la carretera. Sin embargo, cada año se registran casos de conductores que deciden ponerse al volante bajo los efectos del alcohol, poniendo en riesgo sus vidas y las de los demás. Recientemente, en Pontevedra, un hombre y su copiloto protagonizaron un caso insólito: tras dar positivo en un control de alcoholemia, se les retiró el vehículo y, horas después, fueron detenidos de nuevo conduciendo en estado de embriaguez otro coche, amenazando a los agentes que les interceptaron.

El control de alcoholemia en Pontevedra

La madrugada del miércoles 26 de mayo, sobre la 1:30 h, una patrulla de la Policía Local instaló un control de alcoholemia en el cruce de Manuel del Palacio con Rosalía de Castro, en el casco urbano de Pontevedra. El objetivo era verificar el cumplimiento de la normativa de tráfico y detectar posibles infractores que condujeran con una tasa de alcohol superior a la permitida.

Primera inmovilización: detención y retirada del vehículo

Al detener un turismo, el conductor se sometió voluntariamente a la prueba de alcoholemia, arrojando un resultado positivo. A continuación, la copiloto ofreció tomar el volante, pero la segunda prueba también dio positivo, impidiéndole conducir bajo la normativa ADR y la legislación de tráfico. Ante la ausencia de un conductor alternativo, la Policía procedió a la inmovilización del vehículo, que fue retirado por la grúa municipal.

Reincidencia al volante: segundo coche y nueva prueba

Lo sorprendente ocurrió cuando, apenas una hora después, los mismos agentes avistaron a la copiloto conduciendo un segundo vehículo por la avenida de Marín. Al darle el alto en la calle San Roque, la mujer volvió a someterse a un test de alcoholemia y, como era de esperar, volvió a dar positivo. Ante la reiteración de la infracción y la falta de un conductor apto, se procedió a inmovilizar también este segundo coche.

Amenazas y agresión a la autoridad

Durante el segundo procedimiento de inmovilización, la situación escaló hasta convertirse en un acto de amenaza y agresión a los agentes. Según el informe policial, el copiloto ―quien ya había sido el primer conductor detenido― salió del vehículo y profirió graves amenazas: “te voy a dar una paliza y voy a partirte la cara”, llegando incluso a abalanzarse contra uno de los policías. Los agentes consiguieron reducirlo para impedir la agresión física, momento en el que fue detenido por un presunto delito de atentado contra la autoridad.

Consecuencias legales

Los actos de conducir bajo los efectos del alcohol superiores a 0,60 mg/l en aire espirado constituyen un delito contra la seguridad vial, con penas de prisión de 3 a 6 meses, multas económicas y retirada del permiso de conducir de hasta 4 años. Por otra parte, la agresión y amenazas a los agentes se tipifican como atentado contra la autoridad, castigado con 1 a 4 años de prisión y multas adicionales. Además, sanciones administrativas se aplican a tasas de alcohol entre 0,25 y 0,50 mg/l (500 € y −4 puntos) y superiores a 0,50 mg/l (1 000 € y −6 puntos), con multas de hasta 1 000 € por reincidencia en menos de un año.

Importancia de respetar el control de alcoholemia

  1. Prevención de accidentes: el alcohol disminuye la capacidad de reacción y aumenta la probabilidad de colisiones.

  2. Cumplimiento de la ley: circular con una tasa de alcohol superior a la legal conlleva sanciones penales y administrativas.

  3. Protección de todos: evitar poner en riesgo la vida de peatones, ciclistas y otros conductores.

  4. Respeto a la autoridad: colaborar con los agentes facilita los controles y refuerza la convivencia ciudadana.

El insólito caso de Pontevedra ilustra las graves consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol y de la falta de respeto a las normas de tráfico y a los agentes encargados de velar por la seguridad vial. Inmovilizaciones, detenciones y procesos judiciales que podrían haberse evitado con una decisión responsable: no ponerse nunca al volante tras consumir alcohol. La prevención, la concienciación ciudadana y la rigidez de los controles siguen siendo las mejores herramientas para reducir los siniestros y mejorar la seguridad en las carreteras.

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